domingo, 21 de febrero de 2016

Sobre muros, anticoncepción y el Canon de la Misa (en defensa del Papa Francisco)

Muchas personas se habrán sorprendido, y quizás también escandalizado, al leer en la prensa o al escuchar por televisión, que hace pocos días el Papa Francisco había dicho que no se podía votar a Donald Trump, candidato a la presidencia de los Estados Unidos, porque no era cristiano. De igual manera, los medios de comunicación de todo el mundo han difundido que el Papa aprueba los métodos anticonceptivos, pues al responder a las preguntas de los periodistas en el avión de vuelta a Roma tras su visita pastoral a Méjico, dijo que no era un mal absoluto.

En ambos casos, se trata de una manipulación de lo que realmente dijo el Papa. En el primero de ellos, lo que el Papa Francisco afirmó fue que levantar muros no era cristiano, en referencia a la supuesta pretensión de Donald Trump de levantar un muro entre la frontera de su país y Méjico para evitar la inmigración ilegal masiva y el tráfico de drogas. Estas fueron sus palabras exactas: "Una persona que sólo piensa en la construcción de muros, sea donde sea, y no en la construcción de puentes, no es cristiano. Eso no está en el Evangelio". A continuación, el Papa no quiso opinar sobre si se debería votar o no votar a Trump en las Elecciones de noviembre: "No voy a involucrarme. Sólo digo que no es cristiano si ha dicho cosas como éstas". Pero aclaró: "Debemos ver si ha dicho las cosas así. En ésto le doy el beneficio de la duda".

El Papa Francisco ha reiterado en varias ocasiones que él no se mete en política, aunque realmente puede afirmarse que, de manera indirecta unas veces y con sus silencios en otras ocasiones, sí trata de influir en las personas al dar su parecer sobre esta materia. Sin duda, contra su posible intención, las palabras del Papa -o lo que se ha transmitido de ellas- harán que mucha gente vote por el candidato Donald Trump, perjudicando las expectativas del candidato favorito del Partido Demócrata, que no es otro que la pro abortista Hillary Clinton, en cuyo caso bien se podría afirmar aquello de "no hay mal que por bien no venga". ¿Quién podría negar taxativamente que el Papa Francisco no pueda ser un instrumento del que se valga la divina Providencia para evitar que Hillary Clinton gane la Elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo otoño, evitando así males mayores?

Por otro lado, sobre la aprobación de los anticonceptivos por parte del Papa, supuestamente expresada en la misma ronda de preguntas, la manipulación es bastante más evidente que en el caso anterior. El Papa Francisco, al ser preguntado sobre la posibilidad de evitar el embarazo para luchar contra el virus del Zika, tras sentenciar que el aborto siempre es "un crimen, un mal absoluto", afirmó que "evitar el embarazo no es un mal absoluto, y en ciertos casos, como en éste, como el que he nombrado del Beato Pablo VI, era claro". Se refería al ejemplo que dio previamente mencionando al Papa Pablo VI, quien, según Francisco, permitió que en África las monjas usaran anticonceptivos para evitar el embarazo en caso de violación -y hablamos de anticonceptivos que impiden el embarazo, no de aquellos que provocan el aborto si éste se produjera, como sería el caso de la actual píldora del día después o PDD-.

Hay que aclarar que la Iglesia jamás ha aprobado el uso de anticonceptivos. Contra lo que pudiera pensar el Papa Francisco, que se encontraba formándose en aquella época, el Papa Pablo VI nunca aprobó el uso de anticonceptivos por parte de ninguna religiosa ante el riesgo de violación. Según aclara el dominico P. Brian Thomas Becket Mullady, O.P., Doctor en Teología, en aquel momento dicha opinión fue difundida de forma anónima por algún miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, generando un encendido debate entre los moralistas; pero jamás fue formalmente enseñada por Pablo VI ni por ningún otro Papa. De hecho, contradice lo expresado de forma Magisterial por el propio Papa Pablo VI en su providencial Encíclica "Humanae Vitae", tan contestada por aquel sector eclesial, ávido de novedades, partidario de la aprobación de los métodos anticonceptivos, a pesar de contradecir la Moral católica y el Magisterio de la Iglesia.

Además, sobre esta cuestión cabe aclarar dos puntos: por un lado, aunque el Papa Pablo VI hubiera aprobado el uso de anticonceptivos por parte de religiosas en África, cosa que no puede afirmarse que hiciera, la finalidad de dicha medida no habría sido que éstas pudieran hacer uso -y abuso- de la sexualidad sin afrontar el resultante embarazo, como sí sería el caso de los matrimonios que recurrieran a ellos, pues estaríamos hablando de monjas que, como todo el mundo sabe, han hecho voto de castidad y no pretenderían con ello poder disfrutar de la sexualidad evitando su fin primordialmente procreativo.

Y en segundo lugar, en esta ocasión el Papa Francisco tampoco ha aprobado el uso de anticonceptivos por parte de los matrimonios; ni siquiera de aquellos susceptibles de contagiarse con el virus del Zika -del que no se ha demostrado que produzca microcefalia en los bebés en gestación expuestos al mismo, pese a lo difundido por los medios de comunicación-. Se ha limitado a explicar que, a diferencia del aborto, que siempre es un mal absoluto -lo cual es una obviedad-, evitar el embarazo no siempre lo es. Y para reforzar esta opinión personal se ha valido del ejemplo del Papa Pablo VI, que, aunque no se correspondiera con la realidad, el Papa Francisco cree que sí ocurrió.

Es evidente que la moralidad o no del uso de anticonceptivos en el caso de las monjas africanas, no podría compararse con la evidente inmoralidad de su uso por parte de aquellas personas que recurren a ellos para evitar el fin procreativo de la sexualidad humana. Aunque, si meditamos sobre el ejemplo dado, parece que éste no tiene en cuenta que el uso de anticonceptivos no sólo no previene violaciones, sino que podría ir contra los planes de Dios en lo que respecta al nacimiento de seres humanos que, además de estar llamados a la salvación y la visión beatífica desde el momento de su concepción, podrían ser grandes hombres y mujeres con un papel clave en la Historia de la Humanidad, pese a haber sido fruto de una violación o de un embarazo "no deseado". ¡Cuánto hijo ilegítimo o no deseado ha sido clave e irremplazable para la Humanidad, tanto en el plano material, como en el espiritual! Nuevamente, la Providencia divina parece haber evitado que el Papa, con independencia de lo que personalmente piense al respecto, y a pesar de la ambigüedad que suele caracterizarle a la hora de abordar ciertos temas controvertidos, diga formalmente algo contrario al inmutable Magisterio de la Iglesia, que es asistida por el Espíritu Santo.

A pesar de todo lo anteriormente expuesto, las posteriores declaraciones efectuadas al respecto por el P. Federico Lombardi, S.I., no han ayudado en nada a deshacer el entuerto, pues lejos de aclarar lo dicho por el Papa y, sobre todo, de reafirmar lo que la Iglesia ha declarado siempre sobre este punto, lo ha empeorado, al hacerlo más ambiguo si cabe, dando pie a subsiguientes malinterpretaciones.

Por último, me gustaría destacar brevemente otro hecho que considero importante, del que no he leído que nadie se haga eco, y que ya comenté hace cinco meses en otra entrada anterior del blog (ver aquí): el Papa Francisco, durante su reciente viaje a Méjico, ha vuelto a emplear en español, en la fórmula de consagración del Cáliz durante la Santa Misa, el término "Por muchos" (Pro multis), tal como aparece tanto en el Misal Romano del Beato Pablo VI -vigente actualmente para la Forma Ordinaria del Rito Romano-, como en la última edición del Missale Romanum debida al Papa San Juan XXIII -vigente actualmente para la Forma Extraordinaria del Rito Romano-.

Los obispos y responsables de Liturgia de las Conferencias Episcopales de aquellos países donde aún no se emplea dicha fórmula -bien podría darse por aludida la Conferencia Episcopal Española-, deberían tomar ejemplo y aplicar de una vez la disposición que, en octubre de 2006, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, de mano del entonces Prefecto, S. E. R. Francis S.R.E. Card. Arinze, dispuso sobre el cambio en la traducción a las lenguas vernáculas del Misal Romano. Casi una década después de dicha disposición, que no era opcional, ¿aún no han tenido tiempo de preparar la nueva edición del Misal con la correcta traducción del Canon?

2 comentarios :

  1. Lombardi desmiente lo que usted trata de desmentir sobre los anticonceptivos.

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    1. Cecy Gzz: No es cierto. El P. Lombardi la ha liado, como ya he señalado yo, erigiéndose en interprete del pensamiento o las intenciones del Papa, en unas declaraciones efectuadas a Radio Vaticano, las cuales no forman parte, como no podía ser menos, del Magisterio de la Iglesia; ni por la opinión del sacerdote, ni por el medio elegido para expresarla. Ni siquiera sería Magisterio de la Iglesia si ésa fuera la opinión personal del Papa.

      Pero, además, el Padre Lombardi no "desmiente" lo que yo he señalado, porque ni siquiera podría hacerlo, ya que lo que yo he hecho ha sido transcribir literalmente las palabras del Papa, como usted o cualquiera puede comprobar directamente viendo uno de los vídeos de dichas declaraciones que circulan por Internet, sin que el P. Lombardi o cualquiera se las tengan que reinterpretar. Ha habido medios de comunicación que han tenido el atrevimiento de traducir en español y otros idiomas, en subtítulos sobreescritos sobre la imagen, las palabras manipuladas del Papa, que no se corresponden con lo que realmente dice en italiano. Hasta aquí los hechos. Ahora bien, lo que el Papa tenga en la cabeza, sólo Dios y él lo saben. Pero lo que dijo es lo que dijo.

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