sábado, 26 de marzo de 2016

Sábado Santo: el Cuerpo de Jesús está en el sepulcro. Antigua homilía sobre el grande y santo Sábado

«Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey duerme. La tierra está temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo [...] Va a buscar a nuestro primer Padre como si éste fuera la oveja perdida. Quiere visitar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Él, que es al mismo tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y a Eva [...] Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han de nacer de ti me he hecho tu Hijo. A ti te mando: Despierta, tú que duermes, pues no te creé para que permanezcas cautivo en el abismo; levántate de entre los muertos, pues yo soy la vida de los muertos». (Antigua homilía sobre el grande y santo Sábado: PG 43, 440. 452. 461).

ACCEPERVNT ERGO CORPVS IESV ET LIGAVERVNT ILLVD LINTEIS CVM AROMATIBVS SICVT MOS EST IVDAEIS SEPELIRE ERAT AVTEM IN LOCO VBI CRVCIFIXVS EST HORTVS ET IN HORTO MONVMENTVM NOVVM IN QVO NONDVM QVISQVAM POSITVS ERAT IBI ERGO PROPTER PARASCEVEN IVDAEORUM QVIA IVXTA ERAT MONVMENTUM POVERUNT IESVM

Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

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