jueves, 23 de febrero de 2012

Cincuentenario de la silenciada Constitución Apostólica "Veterum Sapientia", del Beato Juan PP. XXIII, sobre la promoción del estudio del Latín

Ayer, 22 de febrero de 2012, se cumplieron 50 años desde la publicación de la Constitución Apostólica "Veterum Sapientia", del Beato Juan PP. XXIII, sobre la promoción del estudio del Latín. Este importante documento se ha silenciado durante varias décadas. Incluso a día de hoy, en la página web oficial de la Santa Sede sólo aparece en dos idiomas: español y latín. Casualmente, el enlace en español no funciona, por lo que sólo puede leerse en latín. Esto limita notablemente la comprensión de la misma por gran parte de la gente. Quizás sea eso, precisamente, lo que se pretenda. Tanto esta Constitución Apostólica, como los documentos posteriores del Concilio Vaticano II que exhortan a emplear el latín en los estudios eclesiásticos, en los documentos y en la Liturgia de la Iglesia, han sido desobedecidos flagrantemente.

En este documento, que puede leerse íntegro y en español más abajo, se hacen afirmaciones rotundas que no dejan lugar para interpretaciones diversas, que tanto han gustado en los años del postconcilio. Citando a S.S. Pío XI, el Beato Juan PP. XXIII dice en esta Constitución:


"En efecto, la Iglesia, al abrazar en su seno a todas las naciones y al estar destinada a durar hasta la consumación de los siglos, exige por su misma naturaleza una lengua universal, inmutable, no popular [...] toda la Iglesia tiene que depender de la Iglesia Romana y que los Sumos Pontífices tienen verdadera potestad episcopal, ordinaria e inmediata, no solamente sobre todas y cada una de las iglesias, sino también sobre todos y cada uno de los Pastores y fieles de todos los ritos, pueblos y lenguas [...] como la Iglesia católica posee una dignidad que sobrepasa todas las sociedades humanas, pues ha sido fundada por Cristo el Señor, conviene que use una lengua no vulgar, sino una llena de nobleza y majestad [...] como el uso de latín se pone durante nuestros días en discusión en algunos lugares y muchos preguntan cuál es a este propósito el pensamiento de la Sede Apostólica, hemos decidido proveer con normas oportunas, enunciadas en este solemne documento para que el antiguo e ininterrumpido uso de la lengua latina sea mantenido y donde hubiera caído casi en abandono, sea absolutamente restablecido [...] Tanto los Obispos como los Superiores Generales de Ordenes Religiosas provean para que en sus Seminarios y Escuelas, en donde los jóvenes son preparados para el sacerdocio, todos se muestren en este punto dóciles a la voluntad de la Sede Apostólica, y se atengan escrupulosamente a estas Nuestras prescripciones. Velen igualmente con paternal solicitud para que ninguno de sus súbditos, por afán de novedad, escriba contra el uso de la lengua latina tanto en la enseñanza de las sagradas disciplinas como en los sagrados ritos de la Liturgia ni, movidos por prejuicios, disminuya en esta materia la fuerza preceptiva de la voluntad de la Sede Apostólica y altere su sentido".


Sin más, aquí está la Constitución Apostólica íntegra, para que puedan leerla aquellas personas que lo deseen, y especialmente quienes no la conocieran. Merece la pena echarle un vistazo:

Versión en español de Una Voce Mexico.

1 comentario :

  1. ¿Y qué podemos haer nosotros? Con la ayuda de Dios, mucho.
    Algunos aún estudiamos algo de latín en la escuela, y los que no, saben más latín del que ellos mismos piensan, ya que el castellano, como el francés, o el italiano entre otras muchas lenguas de lo que un día fue Roma, no son más que variaciones dialectales del latín. Del latín vulgar en su gran mayoría, es cierto, pero latín al fin y al cabo. Incluso el alemán, aunque no en las raices, se basa en las mimas reglas gramaticales del latín, ya que así fue organizado por los traductores de la Biblia (incluido Lutero, es cierto).
    ¿Acciones concretas? Yo practico una desde hace algún tiempo. En la Misa dominical, cuando toca a los fieles contestar al sacerdote, lo hago en latín. Alguna vez alguien me mira extrañado, y en seguida se acostumbran y.. ¿comprenden?
    Para empezar basta con aprender de memoria un par de líneas al día, y luego cada vez se hace más sencillo y natural.
    Ejemplo: Confiteor Deo omnipotenti et vobis fratres, quia peccavi nimis cogitatione, verbo, opere et omissione: mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa. Ideo precor beatam Mariam semper Virginem, omnes Angelos et Sanctos, et vos fratres, orare pro me ad Dominum Deum nostrum.
    ¿No es precioso? Si lo acompañamos de los preceptivos golpes de pecho, tan en desuso en nuestros días, lo bordamos.

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