miércoles, 7 de agosto de 2013

Fotos de una de la últimas Misas Tridentinas públicas de los Franciscanos de la Inmaculada, por la fiesta de la Transfiguración del Señor, en Reino Unido

Las fotografías que acompañan esta entrada fueron tomadas ayer, martes 6 de agosto, festividad de la Transfiguración de N. S. J. C., en lo que será una de las últimas celebraciones públicas de la Santa Misa Tridentina por parte de los Franciscanos de la Inmaculada. Una de las últimas... de momento. El P. Giovanni Mannelli, de los Franciscanos de la Inmaculada -sobrino del P. Stefano Mannelli, co-fundador del Instituto-, llegó ayer por la tarde a Blackfen (Reino Unido) para oficiar la solemne Santa Misa de la fiesta, en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. El P. Timothy Finigan -párroco de esta iglesia, al que vemos en el centro de la última foto- y el P. Simon Heans -del Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham- actuaron como diácono y subdiácono, respectivamente. Las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada de Catford cantaron el Propio de la Misa y un arreglo del Ave Maris Stella al final. Después de la Misa, hubo una reunión en el salón parroquial, momento idóneo para que la gente, especialmente los niños, conocieran y hablaran con las hermanas, cuya presencia y hábitos son un testimonio de la vocación religiosa, mostrando que su alegría, amabilidad y devoción son una parte normal de la vida de la Iglesia. Fotos: Mac McLernon (Mulier Fortis). The hermeneutic of continuity.

1 comentario :

  1. PORQUE ES UN SACRILEGIO LA COMUNION EN LA MANO

    (Confidencias)

    Hijos míos:

    Mi Cuerpo, mi Sangre y mi Divinidad, sólo pueden ser dados por manos consagradas; os lo repito; sólo por manos consagradas de mis sacerdotes y ministros. Me duele y entristece ver como profanáis mi Divinidad, tomándome con la mano; vosotros mis hijos laicos no sois dignos de ejercer este ministerio de la Eucaristía; esto compete sólo a mis sacerdotes y demás ministros de mi Iglesia. Vosotros mis pequeños debéis de ocuparos en otros menesteres dentro de mi Iglesia, pero nunca dando la comunión. ¡No ultrajéis mi Divinidad, porque soy Yo, Vivo y Real el que se hace Vida en vosotros en la sencillez de cada Hostia Consagrada!

    Vuestras manos no son dignas para tomarme. Todos vosotros hijos de Adán traéis cargas intergeneracionales por pecados de vuestros antepasados en la línea paterna y materna, que entran en vosotros en el momento de la concepción; maldiciones de antepasados que la mayoría de las veces os hacen obrar en contra de vuestra voluntad. Hay generaciones enteras con espíritus de resentimientos, impurezas sexuales, adulterios, lujurias, homosexualismos, envidias, ocultismos, brujerías, etc. Ya entenderéis por qué no sois dignos de dar mi Cuerpo y mi Sangre; diréis entonces que mis sacerdotes también traen estas cargas; tenéis razón en esto, pero con la diferencia que son mis consagrados y sólo a ellos di la potestad de ejercer el ministerio de la Eucaristía.

    ¡Noli Me Tangere! ¡No me toques! Recapacitad pues hijos míos y dejad que mis sacerdotes ejerzan este ministerio. No ultrajéis más mi Divinidad y no hagáis más llorar al cielo con vuestra actitud. Porque en verdad os digo: De la forma como me tratéis, así también seréis tratados vosotros cuando os presentéis ante Mí. No os hagáis Reos de Culpa, para que no tengáis de qué lamentaros mañana. Soy vuestro Padre, Jesús Sacramentado. El Amado que no es Amado.

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